La Luna, nuestro satélite natural, es muy interesante para fotografiar, ya que nos permite
registrar muchos detalles de su relieve, destacándose innumerables cráteres, cadenas de
montañas y mares. Con la técnica adecuada podemos revelar sus sutiles colores que son
indicadores de la composición química de su superficie. También son muy interesantes los
eclipses lunares ya que son una muestra de la perfección de la mecánica celeste.